Terror. Una extraña sucesión de sensaciones le fueron invadiendo. Curiosidad. Comenzó a reir.
Cómo podía ser posible. Ni en sus más alocadas alucinaciones había concebido algo tan sencillo.
Ahora se alzaba frente a él, de carne y hueso, el personaje de un cuento fantástico.
Parecía una broma, tal vez una traición de sus sentidos, pero sin duda él estaba percibiendo y presenciando uno de los fenómenos más curiosos que pueden ocurrir. Se preguntaba si debía comentarlo, cómo explicarlo. Durante su vida en varias ocasiones vivió la experiencia de oir su propia voz en una grabación, al igual que muchos, había sentido profunda extrañeza, casi enajenación de aquella voz "desconocida" pero con un aire de familiaridad que recitaba sus palabras. Con este suceso o fenómeno podía reconocer de manera sencilla la discrepancia que existe entre la "voz en su cabeza" y la que le pertenecía, pero estaba fuera de ella.
Este día, que jamás olvidaría, había encontrado por accidente a una persona que, desde luego, sin saberlo, hablaba con el mismo timbre, tono y entonación que la voz que le era tan propia y residía dentro de él. Era como escuchar al narrador de su conciencia, pero encarnado y totalmente dueño de sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario